Liturgia Católica

Una Santa Católica Apostólica

Visible, Infalible e Indefectible

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Los dones del Espíritu Santo

Ven Creador Espíritu De los tuyos, la mente a visitar, a encender en
Tu amor, los corazones que de la nada te gustó crear.


1. El Don de Sabiduría

2. El Don de Entendimiento

3. El Don de Consejo

4. El Don De Fortaleza

5. El Don de Ciencia

6. El Don de Piedad

7. El Don de Temor de Dios

El Don de Lagrimas

Fidelidad al Espíritu Santo


Oración al Espíritu Santo para pedir sus 7 dones


¡Oh Espíritu Santo! Llena de nuevo mi alma con la abundancia de tus dones y frutos y haz:

Que sepa, con el don de Sabiduría, tener este gusto por las cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas.

Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana.

Que sepa, con el don del Consejo, poner los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.

Que sepa, con el don de Fortaleza, vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación.

Que sepa, con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado.

Que sepa, con el don de Piedad, amar a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo.

Que sepa, con el don de Temor de Dios, tener el mayor respeto y veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el pecado.



Ven, Espíritu Santo, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén