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San Eusebio de Vercelli

2 de agosto

San Eusebio de Vercelli

Obispo

Nació en Cerdeña a principios del siglo IV, formó parte del clero de Roma y, el año 345, fue elegido primer obispo de Vercelli. Con su predicación, contribuyó al incremento de la religión cristiana e introdujo en su diócesis la vida monástica. Sufrió muchos sinsabores por la defensa de la fe, siendo desterrado por el emperador Constancio. Al regresar a su patria, trabajó asiduamente por la restauración de la fe, contra los arrianos. Murió en Vercelli el año 371.

He corrido hasta la meta, he mantenido la fe

De las cartas de san Eusebio de Vercelli, obispo

He tenido noticias de vosotros, hermanos muy amados, y he sabido que estáis bien, como era mi deseo, y he tenido de pronto la sensación de que, atravesando la gran distancia que nos separa, me encontraba entre vosotros, igual como sucedió con Habacuc, que fue llevado por un ángel a la presencia de Daniel.
Al recibir cada una de vuestras cartas y al leer en ellas vuestras santas disposiciones de ánimo y vuestro amor, las lágrimas se mezclaban con mi gozo y refrenaban mi avidez de leer; y era necesaria esta alternancia de sentimientos, ya que, en su mutuo afán de adelantarse el uno al otro, contribuían a una más plena manifestación de la intensidad de mi amor.

Así, ocupado un día tras otro en esta lectura, me imaginaba que estaba hablando con vosotros y me olvidaba de los sufrimientos pasados; así, me sentía inundado de gozo al considerar vuestra fe, vuestro amor y los frutos que de ellos se derivan, a tal punto que, al sentirme tan feliz, era como si de repente no me hallara en el destierro, sino entre vosotros.

Por tanto, hermanos muy amados, me alegro de vuestra fe, me alegro de la salvación, que es consecuencia de esta fe, me alegro del fruto que producís, el cual redunda en provecho no solo de los que están entre vosotros, sino también de los que viven lejos; y, así como el agricultor se dedica al cultivo del árbol que da fruto y que, por lo tanto, no está destinado a ser talado y echado al fuego, así también yo quiero y deseo emplearme, en cuerpo y alma, en vuestro servicio, con miras a vuestra salvación.

Por lo demás, esta carta he tenido que escribirla a duras penas y como he podido, rogando continuamente a Dios que sujetase por un tiempo a mis guardianes y me hiciese la merced de un diácono que, más que, llevaros noticias de mis sufrimientos, os transmitiese mi carta de saludo, tal cual la he escrito.
Por todo ello, os ruego encarecidamente que pongáis todo vuestro empeño en mantener la integridad de la fe, en guardar la concordia, en dedicaros a la oración, en acordaros constantemente de mí, para que el Señor se digne dar la libertad a su Iglesia, que en todo el mundo trabaja esforzadamente, y para que yo, que ahora estoy postergado, pueda, una vez liberado, alegrarme con vosotros.

También pido y os ruego, por la misericordia de Dios, que cada uno de vosotros quiera ver en esta carta un saludo personal, ya que las circunstancias me impide escribiros a cada uno personalmente como solía; por ello, en esta carta, me dirijo a todos vosotros, hermanos y santas hermanas, hijos e hijas, de cualquier sexo y edad, rogándoos que os conforméis con este saludo y que me hagáis el favor de transmitirlo también a los que, aun estando ausentes, se dignan favorecerme con su afecto.





Oración

Concédenos, Señor, Dios nuestro, imitar la fortaleza de tu obispo san Eusebio de Vercelli al proclamar su fe en la divinidad de tu Hijo, y haz que, perseverando en esa misma fe de la que fue maestro, merezcamos un día participar de la vida divina de Cristo.
Que vive y reina contigo.




♥ Santísimo Sacramento.
Sea siempre bendito, adorado, amado, alabado y reverenciado el Santísimo Sacramento del Altar en todos los Sagrarios del mundo.
Amén.

♥ ¡Ave María Purísima!
Bendita sea por siempre La Santa e Inmaculada Concepción de La Bienaventurada siempre, Virgen María, Madre de Dios y madre nuestra.

♥ Amor Creador, Amor Redentor, Amor Salvador, Amor Santificador, Amor Glorificador.
Adoración, Honor, Gloria, Alabanza y Majestad eternamente sea dada a la Beatísima Trinidad.


Cristiano Católico 18-10-2020