San Juan |
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27 de diciembre San Juan Apóstol y evangelista La misma vida se ha manifestado en la carne De los tratados de san Agustín, obispo, sobre la primera
carta de san Juan Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo
que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon
nuestras manos: la Palabra de la vida. ¿Quién es el que puede tocar con sus
manos a la Palabra, si no es porque la Palabra se hizo carne y acampó entre
nosotros? Esta Palabra, que se hizo carne, para que pudiera ser
tocada con las manos, comenzó siendo carne cuando se encarnó en el seno de la
Virgen María; pero no en ese momento comenzó a existir la Palabra, porque el
mismo san Juan dice que existía desde el principio. Ved cómo concuerdan su carta
y su evangelio, en el que hace poco oísteis: En el principio ya existía la
Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios. Quizá alguno entienda la expresión «la Palabra de la
vida» como referida a la persona de Cristo y no al mismo cuerpo de Cristo, que
fue tocado con las manos. Fijaos en lo que sigue: Pues la vida se hizo visible.
Así, pues, Cristo es la Palabra de la vida. ¿Y cómo se hizo visible? Existía desde el principio,
pero no se había manifestado a los hombres, pero sí a los ángeles, que la
contemplaban y se alimentaban de ella, como de su pan. Pero, ¿qué dice la
Escritura? El hombre comió pan de ángeles. Así, pues, la Vida misma se ha manifestado en la carne,
para que, en esta manifestación, aquello que sólo podía ser visto con el corazón
fuera también visto con los ojos, y de esta forma sanase los corazones. Pues la
Palabra se ve sólo con el corazón, pero la carne se ve también con los ojos
corporales. Éramos capaces de ver la carne, pero no lo éramos de ver la Palabra.
La Palabra se hizo carne, a la cual podemos ver, para sanar en nosotros aquello
que nos hace capaces de ver la Palabra. Os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que
estaba con el Padre y se nos manifestó, es decir, se ha manifestado entre
nosotros, y, para decirlo aún más claramente, se manifestó en nosotros. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos. Que vuestra
caridad preste atención: Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos. Ellos
vieron al mismo Señor presente en la carne, oyeron las palabras de su boca y lo
han anunciado a nosotros. Por tanto, nosotros hemos oído, pero no hemos visto. Y por ello, ¿somos menos afortunados que aquellos que
vieron y oyeron? ¿Y cómo es que añade: Para que estéis unidos con nosotros?
Aquéllos vieron, nosotros no; y, sin embargo, estamos en comunión, pues poseemos
una misma fe. En esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo
Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa. La
alegría completa es la que se encuentra en la misma comunión, la misma caridad,
la misma unidad. Oración Dios y
Señor nuestro, que nos has revelado por medio del apóstol san Juan el misterio
de tu Palabra hecha carne, concédenos, te rogamos, llegar a comprender y a amar
de corazón lo que tu apóstol nos dio a conocer. Por nuestro Señor
Jesucristo. Cristiano Catolico 18-10-2020 Sea bendita la Santa e inmaculada Purísima Concepción, de la bienaventurada Virgen Maria. Por siempre sea bendita y alabada. |